Un sábado soleado de esos que apetecen para pasear... Y así lo hicimos mi hermano Miguel y yo, con una agradable temperatura de 13º y un viento leve que soplaba a 7km hora recorrimos el circuito de Santa Ponça de 22,39 Km... Si bien con el recuerdo siempre presente de la última caída de Miguel. Más presente si cabe, después de haberme enseñado el soberbio moratón que tiene en el muslo. Al principio de nuestros recorridos yo también me caí, pero no fue tan aparatoso.
En Port Adriano, el agua parecía un espejo que reflejaba todo el litoral.
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